PERCY Jackson es un chaval de doce años con hiperactividad y dislexia (salvo para el griego clásico). Le encantan las clases de mitología de su profesor de latín, el profesor Brunner, que se mueve en silla de ruedas motorizada y confía mucho en él. Grover, el amigo de Percy, es canijo y tiene el pelo rizado. La madre de Percy trabaja en una confitería, su verdadero padre nunca ha estado presente en su vida y su padrastro es un indeseable.
Percy está en peligro y sólo estará a salvo en un campamento deportivo con jóvenes de sus mismas características. Allí le llevan su madre y Grover y allí le está esperando Brunner.
Entonces descubrimos que nada es lo que parece; que, en realidad, Brunner es el centauro Quirón, Grover un sátiro protector que aspira a subir de categoría en el campamento, y Percy, un hijo del dios Poseidón. ('Posidón' es la transcripción correcta del nombre, pero extraña al gran público).
Y es que el Olimpo y todos sus dioses, después de haber recorrido varios países de Europa, entre ellos España, se han instalado en los Estados Unidos, como no podía ser de otro modo; concretamente, en la inexistente planta 600 del Empire State de Nueva York (¿nos echamos a reír?). Así, el mundo ha llegado a su Quinta Edad, la Edad del Oeste (la del Imperio Americano, se entiende), que salta a la vista a cualquier joven estadounidense cuando estudia los edificios neoclásicos de su país o ve la estatua de Prometeo en el Rockefeller Center.
Estas son las premisas de la novela Percy Jackson y el ladrón del rayo, del escritor norteamericano Rick Riordan (n. 1964), que fue llevada al cine en 2010 con bastante fidelidad al texto original (no entramos en las diferencias entre novela y película, que las hay) y ahora tiene su continuación en Percy Jackson y el Mar de los Monstruos.
De la biografía del creador de esta serie, ya cerrada, de cinco novelas, publicadas entre 2005 y 2009 bajo el título genérico de Percy Jackson y los dioses del Olimpo, nos sorprende que durante un tiempo se ganara la vida contando mitos clásicos a jóvenes con problemas escolares semejantes a los de su personaje. Una forma de ganarse la vida que la rancia y encorsetada España restringe todo lo que puede.
En la versión cinematográfica de la primera entrega de la serie veíamos un totum revolutum de seres de la mitología clásica: una furia, un minotauro, los lotófagos, los centauros, una hidra, la medusa, el can Cerbero, el barquero Caronte; y a los dioses infernales Perséfone y Hades en papeles estelares.
A cambio de visualizar los monstruos por medio de los efectos especiales del cine del siglo XXI, los puristas de la mitología clásica tuvimos que aceptar pasmados los abusos mitológicos y los guiños americanos sonrojantes de Riordan y/o los productores de la película (el iPod, las Converse), aunque luego son los que más gustan al público juvenil de todo el mundo. Una cosa iba por la otra.
Esta segunda entrega, Percy Jackson y el Mar de los Monstruos, aporta dos nuevos personajes principales: a Percy, Grover y Annabeth (hija de Atenea) se suman ahora una engreída hija de Ares, que acaba reconociendo el liderazgo del protagonista, y un joven cíclope de un solo ojo, que es hijo de Poseidón y lógicamente hermanastro de Percy (en realidad, más «legítimo» que Percy, que a juzgar por su nombre, Perseo, debería ser hijo de Zeus).
Juntos van a buscar el Vellocino de Oro (nada que ver con la aventura originaria), se enfrentan al cíclope Polifemo, a Crono y a otros enemigos y peligros, como el torbellino Caribdis que vemos en el siguiente clip:
Rick Riordan, Percy Jackson y los dioses del Olimpo, Barcelona: Salamandra, 2006-2010; El ladrón del rayo (2006)
Percy Jackson y el ladrón del rayo (Chris Columbus, 2010)
Percy Jackson y el Mar de los Monstruos (Thor Freudenthal, 2013)
Yo me lei los libros de esta saga hace un año que por cierto continua en una nueva saga Los Héroes del Olimpo que se centra más en la mitología romana con muchos aspectos de ésta y e decir que me parecio bastante bueno y los mitos bastante bien representados aunque modernizados que me los comprobaba todos.
ResponderEliminarLas peliculas en comparacion con el libro estan super cambiadas casi que me salí indignado del cine jaja.
Un saludo.Por cierto soy Pablo B.