6 de septiembre de 2013

Cultivar la vid siguiendo a Virgilio

EN Catania (Sicilia), en las laderas del Etna, quieren hacer un experimento arqueológico consistente en cultivar viñedos siguiendo las indicaciones de los escritores clásicos Virgilio y Columela

Virgilio, el poeta más importante de la literatura latina y uno de los más grandes de la literatura universal, compuso todo un poema didáctico dedicado a la agricultura, las Geórgicas, y, dentro de él, en el libro II, una buena porción de versos se centraba en el cultivo de la vid (II 274-419). Columela, gaditano de nacimiento, escribió a mediados del siglo I el tratado técnico más completo sobre la agricultura, el De re rustica.

Podemos pensar que Virgilio se familiarizó con la viticultura en algunas de las regiones italianas que conoció: el valle del Po (en Mantua nació, en Cremona recibió su formación inicial), la Campania (en Nápoles compuso las Geórgicas) o la Magna Grecia (en Tarento residió con frecuencia). Ser hijo de campesino no debió de serle inútil en su conocimiento del mundo rural. 

Luego, empapado de autores anteriores que escribieron obras técnicas sobre agricultura, fue animado por Mecenas a componer un poema en el que, entre otras muchas cosas, trata sobre el cultivo de la vid.


...Elegir el terreno (en llano o en pendiente). Alinear las cepas. Espaciar las hileras de forma simétrica. Plantar superficialmente. No orientar el viñedo a poniente. No plantar árboles entre las vides (no avellanos o acebuches; olmos, sí). Plantar en primavera o en algún día frío de otoño. Abonar con abono espeso. Cubrir el abono con piedras absorbentes. Aporcar las raíces. Trabajar el suelo. Arar la tierra. Poner estacas y horquillas de sujeción. Arrancar las hojas con las manos. Podar las ramas. Poner cercas (para que no entre el ganado). Sacrificar un cabrón a Baco (con el mismo propósito). Antes de todo esto, roturar la tierra cada año tres o cuatro veces. Cavar la tierra. Limpiar la maleza. Quemar los sarmientos. Atar las vides. Temer a Júpiter (porque pueda llover o granizar). Vendimiar tarde… 

Son preceptos que el poeta transformó en poesía inmortal, no en ciencia, y que ahora, imaginamos, habrán seguido los investigadores para ofrecernos dentro de unos años una primera cosecha de vino tal como lo elaboraban los antiguos romanos.   


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