30 de junio de 2012

El famoso helado Magnum

ESTE es el helado más famoso del mercado (no sólo español, sino incluso mundial), que fue bautizado cuando nació, allá por 1989, con el nombre de Magnum. Cualquier principiante de Latín sabe que magnum es el Nom. sing. n. del adjetivo magnus, -a, -um 'grande'.

El creativo publicitario al que se le ocurrió este nombre pudo pensar conectando el término latino con el producto: es universal y es prestigioso dos cualidades innegables que comporta el latín en general, y, en particular, en los nombres de empresas y productos—. Por comparación con el inglés, puede resultar también exótico y eufónico.

Los nombres —muy reconocibles— y sufijos grecolatinos (como el extendido y degradado -alia: bellezalia, tartalia...) están presentes en la actualidad en multitud de empresas y marcas publicitarias. Tanto es así, que hay blogs monográficos sobre el tema, que no acaban de agotar el filón porque cada poco tiempo salen al mercado nuevos productos, ya sea en nombre o en concepto, inspirados en el mundo clásico.

Y ahora me voy al quiosco a embaularme un Magnum. ¡A vuestra salud!

3 de junio de 2012

Demasiado fea para la televisión

HE empezado a leer el libro El triunfo romano. Una historia de Roma a través de la celebración de sus victorias, de Mary Beard. Del libro sólo puedo decir hasta ahora que es extraordinario, y de Mary Beard, que es una presentadora de documentales de civilización romana de la BBC que se ha hecho famosa por... lo fea que es.

A Mary no la quieren ver en la pequeña pantalla porque es fea, vieja y sale despelujada. O por lo menos no la quieren en prime time. Da igual sus importantes libros sobre la civilización romana, su feminismo militante, sus opiniones subersivas, ni que haya "triunfado" con su programa Meet the Romans con dos millones de seguidores. Para estos, la fealdad de Mary debe de ser tan fascinante como la propia cultura clásica que divulga.



Los directivos piden presentadoras jóvenes y guapas, no tienen por qué ser inteligentes, como Sara Carbonero (¡esas bellezas insoportables por vanidosas y frívolas!), a quien la veterana Rosa María Calaf ha leído la cartilla por el flaco favor que está haciendo a la profesión periodística. 

Mary, ¿para cuándo tu presencia fea e inteligente en las pequeñas pantallas españolas?